Prólogo al Libro “La Masonería Dentro de la Iglesia, Misterium Iniquitatis” de Pierre Virion
Nos alegra poder iniciar una serie de publicaciones con textos del
padre Julio Menvielle que comienzan hoy en el cuadragésimo noveno aniversario
de su retorno a la Casa del Padre y que se extenderá durante este año en
preparación a los cincuenta años de la partida del párroco y teólogo de la
Cristiandad. Cada día que nos acercamos a sus escritos vemos la claridad de su
palabra y como ella tiene una cruda actualidad, en ella se explican algunas de
las realidades que hoy vivimos en la Iglesia. Vaya en ello nuestro homenaje al
padre Julio, que es deber de todo católico argentino que se precie de tal.
Los textos están tomados de la edición de Cruz y Fierro de
1968, las mayúsculas son de la edición y las negritas son nuestras.
El Caballero de Nuestra Señora
Hace apenas unos años, Cruz y Fierro publicó de Pierre Virion “El
Gobierno Mundial y la Contra- Iglesia”. Allí aprendimos a conocer los planes novísimos
que la Alta Masonería estaba ejecutando en el mundo occidental para llegar al
gobierno mundial, tanto en el plano económico- político como en el religioso.
Un punto oscuro quedaba en la obra de Virion: ¿Cómo romper la osatura de la
Iglesia Católica romana para hacerla entrar en esta Iglesia Universal de la
Masonería junto con los otros cultos de los que creen y no creen en Jesucristo
y de los que creen y no creen en Dios? Este nuevo libro de Pierre Virion viene
precisamente a ilustrar este punto y a revelarnos en qué consiste el misterium
iniquitatis de que habla el Apóstol (II Tes. 2, 7). El misterio de iniquidad
consiste precisamente en que el "Aparato publicitado de la Iglesia"
que debía servir para llevar a las almas a Jesucristo, sirva en cambio para perderlas y esclavizarlas al demonio. Que la sal se corrompa y deje de salar (Mt. 5,13). Fíjese bien el lector que no decimos que la Iglesia deje
llevar las almas a Jesucristo. La Iglesia es indefectible y durará como tal
hasta el fin. Pero la Iglesia de Jesucristo puede no identificarse con el "Aparato
publicitario de la Iglesia". La Iglesia de Jesucristo puede mantenerse en las
almas fieles a la doctrina que se conservarían en algunos sacerdotes y obispos
adheridos a la Cátedra del Pontífice de Roma, mientras el Aparato mismo de lo
que el mundo conoce como Iglesia puede seguir otra doctrina y otra pastoral
elaborada por la soberbia de los grandes y publicitarios teólogos de la nueva
teología.
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Pierre Virion |
El nuevo libro de Virion, que en esta edición lleva el título de
La Masonería dentro de la Iglesia, explica el mecanismo mediante el cual se ha
operado este cambio de la Iglesia de Cristo en la Iglesia del Anticristo. Las
Altas Logias de la Masonería han elaborado el plan al fin del siglo pasado: La
ORDEN CABALISTICA DE LA ROSACRUZ, fundada en 1888 por Stanislas de Guaïta; la
ORDEN MARTINISTA, fundada en 1890 por Papus, de la que formaba parte la Sinarquía
de Saint-Yves d´Alveydre; y el SIMBOLISMO de Oswald Wirth, que debía tener tan
destacada actuación en las relaciones actuales de la Masonería con la Iglesia a
través del conocido jesuita P. Riquet.
El plan “tan insensato y tan criminal” (León XIII) de esta
transformación de la Iglesia había de ser expuesto, casi al detalle, por un célebre
apóstata, el Canónigo Roca (1830-1893) quien estaba interiorizado con los
planes de las Altas Logias. Pierre Virion expone cumplidamente los detalles de
este plan trayendo citas oportunas de las obras de Roca.
Pasa luego Virion a mostrar la ejecución del plan elaborado a fines del siglo pasado. La historia de ejecución del plan coincide punto por punto con las relaciones de algunos altos eclesiásticos con altos dignatarios de la Masonería, y destaca particularmente las conversaciones de Aix-la-chapelle entre el P. Gruber y Mukermann, de la Compañía de Jesús, y altas dignidades masónicas, en 1926; entre el P. Berteloot y el masón Albert Lantoine en 1938; entre el P. Riquet y los masones Lepage y Alec Melloc en 1960. Estas relaciones habituales de masones y jesuitas en el nivel superior de la alta publicidad ha de determinar con otro tipo de relaciones en todos los planos (intelectuales, publicitarios, pastorales y de toda clase de acción) entre masones, comunistas e izquierdistas y dirigentes católicos, en una colaboración estrecha y habitual para forjar y construir el mundo de los hombres. Es claro que esta colaboración del cristianismo con el anticristianismo de la masonería debe traer como consecuencia la transformación necesaria de la doctrina y de la vida cristiana. Esta transformación es propiamente el Progresismo.
El Progresismo se centra en el error de identificar Iglesia y Mundo. Al hombre se le daría una nueva dimensión la del mundo. Con ello se
suprime la necesidad de un Dios salvador. Cristo
no ha venido a salvar al mundo. La Iglesia no es necesaria para salvar al
hombre. La salvación del hombre viene de la inmanencia del hombre mismo. El
hombre
es Dios en lo más profundo de su ser. Por lo tanto no existe una Iglesia, ni un
Cristo, ni un Dios trascendente al hombre. Se puede y se debe hablar un
lenguaje teísta acomodado al vulgo. Pero en realidad no es el mismo sino
expresión exotérica de la total inmanencia de lo divino en el hombre y en el
mundo. Esta es la única realidad esotérica que unifica todas las religiones de
la humanidad. Por eso el culto del hombre y de la humanidad, el culto
de las logias masónicas, se ha de imponer cono único culto de la verdadera
humanidad.
El libro de Pierre Virion constituye el testimonio más elocuente e
ilustrativo de todo cuanto se ha publicitado para aclarar el fenómeno del
Progresismo cristiano. Sin embargo este fenómeno del Progresismo cristiano. Sin
embargo este fenómeno queda explicado tan sólo el nivel al nivel de la gentilidad.
La Masonería es un fenómeno pagano. Faltaría una explicación en un nivel más
alto y fundamental, en el nivel del judaísmo propiamente tal. Porque es aquí donde
se han tramado la ruina de la Iglesia. La vieja y secular enemiga de la Iglesia
– La Sinagoga- ha querido destruir para siempre a la Iglesia. Esta es la lucha
eterna de Caín contra Abel, de Esaú contra Jacob. Y para ello los judíos, sin
dejar de ser judíos, lograron escalar altas posiciones en la Iglesia, de
cardenales, Obispos, dignatarios eclesiásticos y afamados religiosos, aún en
plena Inquisición. Tiene uno derecho a preguntarse; Si los judíos, en un
momento de la Iglesia en se desconfiaba de ellos y se los vigilaba y
controlaba, lograron burlar el control eclesiástico, ¿qué ha de suceder ahora,
cuando, de perseguírselos, se los estimula y adula? No es nada de extrañar que
los judíos, junto con los masones y los comunistas hayan logrado encaramarse en
posiciones claves de la Iglesia y desde allí gobiernen a la Iglesia misma. Esta
es la gran realidad. La Iglesia que estaría hoy gobernada en gran parte por
judíos, masones y comunistas. Gobernada contra los intereses de la Iglesia
misma. Aquí está el Misterio Iniquitatis.
Pero la Iglesia y el mundo están en definitiva gobernados por Dios. La Providencia permite el mal en vista de un mayor bien y, sobre todo, del bien de los elegidos. La Historia tiene su razón de ser a causa de Jesucristo y de su Cuerpo Místico. Por esto, el momento presente de la Iglesia y del mundo hay que mirarla con ojos sobrenaturales. Lo esencial es nuestra adhesión inquebrantable a Jesucristo. A Jesucristo el de siempre. Que no es preconciliar ni post-conciliar. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hech. 13,8).
El libro de Virion se cierra con una magnifica profesión de fe y
de confianza en María, Reina del Universo, en Aquella en la que Verbo se ha
hecho carne, y no la carne se ha hecho espíritu de revuelta. María en oposición
a las gnosis orgullosas y perversas, nos introduce en el conocimiento de la Fe
y en el gozo de la Esperanza. La virgen salvará a la Iglesia.
Julio Menvielle
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