El Caballero de Nuestra Señora

 Hace muchos años, un grupo de mujeres convocadas por el padre Julian, sacerdote salesiano, conformaron las Damas Salesianas de Esquel, algunas de ellas docentes veían muchos jóvenes que no culminaban la escuela secundaria con todo lo que ello implicaba en su futuro, esto fue motivador para gestar una propuesta de una escuela de Gestión Social, que les permita a estos jóvenes acceder a la fiscalización de los estudios, pero también a encontrar caminos para ganarse el pan de cada día con el fruto de su trabajo, ofreciéndole la posibilidad de tener oficios. Con mucho esfuerzo comenzaron con un oratorio y luego lentamente con la Escuela Cacique Inacayal, en un predio prestado por los Salesianos, soñando con el edificio propio, pero no con un sueño que se adormece, sino que se hace vida y amor. Destaco eso porque fue uno de los mayores bienes que les dieron a esos jóvenes, cariño, amor, dulzura de madres, sufriendo sus dolores. Un abrazo con amor profundo a jóvenes, que algunos no conocían

 Una vez más  Monseñor Aguer nos confirma en la fe y en la verdad sobre la vida de un verdadero mártir. Si uno lo piensa bien, no se si una beatificación de parte de la "Iglesia de la publicidad" es digna para un mártir como Sacheri. Una iglesia que beatifica a quienes pedían "armas para los muchachos" y sin que nada suponga que fueron muertos por odio a la fe, sobretodo si alguno de los acusados es un ferviente católico, honra a este mártir  dejando su causa para más adelante.  Podrán negarles el reconocimiento público, podrán derribar rejas de sus tumbas, pero no podrán opacar su obra que a casi cincuenta años sigue viva y multiplicándose.  Con ellos, en el Cielo, gritemos fuerte con nuestras vidas ¡Viva Cristo Rey! Compartimos, entonces, este articulo del gran Obispo sobre un verdadero mártir. https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=41376#formComentario

Poesía que quiso ser colocada en su tumba al cumplirse los 25 años de su partida, con la venia del Señor Nuncio, pero que no se dejo y los que ni nombraron al Padre Julio Menvielle en la homilía, ni en el responso., tampoco a quien escribió la poesía de la cual tomaron unas palabras, pero estando presente y concelebrando el poeta, solo se limito a decir "el sacerdote poeta". Nosotros le agradecemos al Padre Sato esta poesía que pinta de cuerpo al pastor y que en una placa arrumbada ahora quizás junto a las rejas que quitaron de su tumba, vaya como desagravio.   Sacerdote según Cristo, vigía y testigo de la verdad, un elegido para la caridad intelectual. Fue intransigente con el error. No conoció la cobardía del apaciguamiento ni la complicidad de la concesión. El mundo moderno, profeta y precursor de la bestia, vientre burgués preñado de ídolos. no obtuvo de él ni el esbozo de una sonrisa, menos aún, la genuflexión. El sólo dobló sus rodillas ante la Trinidad Santísima y ante