Amó la Verdad


 


Reza así el epitafio que fue definido por los familiares, amigos e hijos espirituales del padre Julio Menvielle, al enterrarlo en la Parroquia en la que estuvo a su cargo, cuyo actual Templo construyó, con gran esfuerzo. Las envidias, el odio que el progresismo tenía contra el padre, que lo dejo en evidencia, no permitieron ser inhumado en el interior del Templo y hubo de construirse la tumba en el atrio parroquial, colocando este epitafio que lo define.

Nótese que no dice “su verdad”, no dice “la verdad católica”, no dice “la verdad de la Iglesia”, todas expresiones del relativismo modernista que destruye e iguala todo. Dice con claridad amó la Verdad y lo dice con mayúscula porque no habla de un abstracto, no habla de una cosa, habla de un ser, habla de Aquel que Es.

El padre Julio amó a Cristo, que es la Verdad, el Camino y la Vida y toda su obra, todo su sacerdocio, toda su enseñanza está dirigida a Cristo, en  Cristo y por Cristo.

Todos los dones que recibió los puso al servicio de la Iglesia y las almas. El principal don, su propia vida, puesto al servicio de Dios y la Iglesia en el sacerdocio. En el sacerdocio católico que es “eminentemente sobrenatural”, y porque sabía que “está ordenado a la edificación del Cuerpo Místico de Cristo, cuyo centro, cuya cabeza, es Cristo”[1].  En ese sacerdocio y en todos los ámbitos donde lo ejerció tuvo esa mirada sobrenatural.

La Verdad, Cristo, fue el centro de su apostolado en Versailles, en los cursos de Cultura Católica, en la Acción Católica, en la formación de nuevos sacerdotes, en la Capilla de Chacarita, con los humildes en la Santa Casa de Ejercicios, en sus conferencias, en los “grupos de la Suma”, en su acción en el orden temporal y en su obra bibliográfica que nos legó ya desde muy joven, fruto de un profundo estudio de la filosofía, de la Teología, de la historia, del Magisterio y del acontecer que al analizarlo le iluminó con la Luz de Cristo, con la Luz que es Cristo.

El gran movimiento scout católico que fundará en su Parroquia y tuviera expansión a toda la Argentina, estaba iluminado por la Verdad y la misión sobrenatural de la Iglesia. Él mismo lo explica: “El scoutismo es entonces un movimiento con valor propio que quiere contribuir a la educación del muchacho utilizando y disciplinando su vida de ensueño, de aventura, y su espíritu de barra en un gran juego. El scoutismo no puede entonces substituirse por ejercicios regimentados o no puede convertirse en un exhibicionismo de pequeños soldados: porque aunque utilice recursos gimnásticos, militares o campistas, los armoniza para un fin superior de educación, que complementa la obra educativa del hogar, de la escuela y de la parroquia, para que el niño jugando adquiera el hábito de estar listo para servir a Dios, a la Iglesia y a la Patria y de servir al prójimo en toda circunstancia. Esto es el scoutismo y por esto nosotros somos y nos queremos llamar scouts. Pero scouts católicos. Por eso sostenemos que el programa Scout no puede cumplirse sin deformaciones sino lo penetra íntima y profundamente el espíritu sobrenatural de la Iglesia. De aquí que sostengamos como condición necesaria de una agrupación Scout que tenga un padre capellán que sea en ella como la garantía de la vida religiosa y moral, que el maestro scout y sus ayudantes sean católicos prácticos, preferentemente socios de la Acción Católica, con alma de apóstoles, que el jefe de patrulla posea sentido de su misión de apóstol entre los scouts de su patrulla. En suma, que Jesucristo nuestro Señor sea en verdad reconocido, amado y vivido como el Gran Jefe de los scouts”[2].



 Porque amaba la verdad no quiso dejar que a los jóvenes de la Patria los formará la masonería, es esta la causa principal de porque realiza el movimiento scout católico, según explicaba el padre Herrera Gallo[3] y el padre descubre, en el discurso mencionado, las perversidades del scoutismo laico, al que sucumbieron nuestros Obispos al disolver la USCA, salvo honrosas excepciones: “Repudiamos entonces el scoutismo laico que se fundó hace treinta años para alejar del cumplimento del precepto dominical a nuestros muchachos, y que ahora ante el fracaso evidente del laicismo organiza Misas de campaña, bendiciones de bandera y busca para ampararse el acercamiento de agrupaciones católicas. No. En nuestro país católico, el scoutismo de nuestros muchachos católicos debe estar profundamente penetrado por el espíritu sobrenatural de la Iglesia Católica. Si no fuera así lo repudiamos con todas las fuerzas de nuestra alma.”[4] Deberían releerlo aquellos que llamándose católicos, aunque siguen en Scout de Argentina y sus lineamientos, aquellos que hasta a veces se dicen continuadores de la obra del padre Julio, pero le guiñan el ojo, y aceptan las ideologías que destruyen las almas, que las encaminan al oscuro abismo del pecado y de la contra natura, como es la ideología de género.  Como no lamentar que entre los que murieron en Cromañón, siguiendo a Callejeros, con sus letras relativistas[5], eran scouts de parroquias de Buenos Aires, resuenan las palabras de Menvielle. Triple dolor, dolor por sus muertes, dolor por su juventud corrompida, dolor porque quienes deberían haberlos cuidarlos no lo hacían.

Ese amor a la Verdad, lo hizo carne cuando hizo y dio todo por Versailles. Toda su acción estaba orientada a lo sobrenatural, aunque fuese temporal. El Ateneo Popular de Versailles tenía la gran intención de formar a los jóvenes, de unir las distintas clases sociales en un mismo lugar y formarlos integralmente, algo que se oponía a la lucha de clases del socialismo y que también pregona el liberalismo en el desprecio de los otros.

Llevo la Verdad a cada casa que visitó, con cada feligrés que habló, con cada vecino que dialogo –aunque estuviesen en las antípodas –, a cada niño que le enseñó la catequesis e invitó al cine parroquial. Por amor a la Verdad trabajo para embellecer el barrio, el amor a la Patria de la tierra remite a la Patria del Cielo y por eso no dudó en hacer que Versailles tenga su mástil donde izar la bandera con los colores Marianos, mástil para el barrio, para que todos los jóvenes y en especial los scout sintieran la patria y el orgullo de ser argentinos. “El scoutismo y que nosotros queremos vivir como católicos, queremos también vivirlo como argentinos. Y en esta palabra argentinos, no encerramos un concepto sentimental sino un contenido profundamente identificado con el destino del país, que es una unidad económica, cultural y espiritual, soberana, dueña de su propio destino, entroncada en la tradición hispánica, y con vocación de singular grandeza entre los pueblos hermanos de América.”[6]

Amó la Verdad y por eso la anunció en cada uno de los grupos parroquiales, la predicó en sus homilías, la enseñó en sus Conferencias, en los Cursos de Cultura Católica, en sus artículos periodísticos, a los jóvenes a quienes introdujo en la perenne doctrina de Santo Tomás amada y promovida por la Iglesia[7], en los conocidos grupos de la “Suma” donde se veía por un lado la Doctrina Social a la luz del doctor Angélico y por otro toda la parte especulativa, formando una generación o varias en la buena doctrina, algunos erraron luego el camino y otros dieron valioso testimonio multiplicando la obra, llegando a nuevas generaciones el amor a la Verdad del padre Julio. No puedo dejar de mencionar que la lucha próvida en la Argentina, tuvo entre sus iniciadores a discípulos muy queridos del padre Julio y que ellos en una soledad absurda en las que los dejaron las autoridades eclesiales, salvo honrosas excepciones, dieron la batalla retrasando por un lado la llegada del “crimen abominable” y por otro creando conciencia entre los más jóvenes de la lucha próvida, en la que el padre estuvo en la vanguardia.[8] Por amor a la Verdad dedicó su vida y su esfuerzo a formar las inteligencias en la Verdad, así lo expresa Monseñor Derisi en su In Memoriam “Meinvielle prestó un gran servicio a la verdad, al aplicarse con esfuerzo a encauzar las inteligencias –sobre todo juveniles- por los senderos de la Doctrina de la Iglesia y de la recta razón, frente a la confusión e irracionalismo de tantas teorías y actitudes actuales”[9].



Amó la Verdad y por eso no dudo en defenderla, no solo con polémicas del momento sino fundamentalmente advirtiendo sobre los estragos que el progresismo y la masonería iban a realizar en la Iglesia, algunas de esas advertencias se concretaron y sus consecuencias nos tienen por testigos en esta noche oscura eclesial que nos toca vivir. Estas palabras escritas como prólogo de una de esas lecturas obligadas, reflejan con toda claridad lo que decimos en épocas donde la Revolución de las tres mentiras parece estar asumida por los “funcionarios eclesiásticos” de turno en la Santa Sede: “De esta suerte, mediante la nueva religión del Progresismo, el culto católico se cambia por el culto masónico de la fraternidad universal. La transformación ha comenzado ya en el alto nivel de la teología nueva de los grandes teólogos publicitados. No hay dogma que quede en pie. Ni el del pecado ni el de la gracia, ni el de Cristo ni el de Dios. Todo es subvertido en nombre de la ciencia y de los principios masónicos”[10].

Amó la Verdad y por eso no se quedó en los límites de su curato que se extendió a la Patria y a la humanidad, por eso muchos ya lo llaman el “párroco de la Cristiandad”. Nunca dejó de ser el padre y pastor de Versailles, aun cuando ya no era el párroco, por motivos varios, pero el principal la estupidez de la jerarquía que siempre fue mediocre, como dice Castellani, sin embargo su curato se extendió más allá de límites territoriales, para abrirse no solo a la Patria toda, sino a la Cristiandad misma, a la que defendió una y otra vez ante los ataques progresistas y siempre la defendió en unión a la Iglesia.[11] En este rol de párroco y defensor de la Cristiandad defiende a la Iglesia y su misión sobrenatural y su acción como portadora del mensaje de Cristo, camino Verdad y Vida que ilumina el orden temporal. Por eso exclama con voz profética, en el artículo ante la muerte de Maritain: “La verdad de la Iglesia y de la civilización cristiana es una y única. Si se destruye la civilización cristiana, se destruye a la Iglesia” y agrega con claridad sobre el mal que este causo a la Iglesia: “Maritain ha destruido la Cristiandad, sus discípulos destruyen hoy la Iglesia”[12]

Amó la Verdad y por eso con su sacerdocio promovió la santidad, un Sacerdocio Católico que no produce santos es estéril[13] dijo y hemos sido testigos de la santidad en la gente común de Versailles, hemos sido testigos de la siembra de la fe en Cristo en los niños y jóvenes de entonces, que la mantuvieron y recuperaron en su ancianidad, recordando y valorando al padre y pastor. Nos han hablado de la santidad de un padre Pablo, de los frutos de sus sacerdocio nos hemos beneficiado. Y claramente el mejor de los discípulos, como lo han llamado muchas veces, ha dado el testimonio supremo de santidad en el martirio, Carlos Sacheri que fue acribillado no por su lealtad a la Hoz y el martillo disfrazado de “evangelio” y de falsa teología; fue acribillado no por guiñar el ojo e incluso abrir las puertas y si podían conseguir algún arma, a quienes se levantaban contra la Patria; fue acribillado por ser soldado de Cristo Rey, como lo manifestaron sus asesinos, por ser fiel, por denunciar a quienes pertenecían a esa Iglesia clandestina que quería y quiere destruir todo.

Me parece que debo terminar este articulo con una reflexión de como rendir el justo homenaje a Menvielle, me parece que todos los que nos acercamos a su figura y quedamos admirados de su obra, debemos imitarlo en este amor a la Verdad y por eso debemos primero que nada formarnos. Primero que nada en el Catecismo, en el Magisterio leyendo directamente los documentos y no quedarnos en los espíritus que muchas veces contradicen los primeros, como suele pasar con el Concilio Vaticano II. “Lea los clásicos” le dijo a un joven seminarista el padre, yo recomiendo buscar ediciones viejas o con una guía para saber si son buenas las traducciones. Leer sus libros, no dejarnos llevar por aquellos que sin haber siquiera ojeado sus títulos critican o dicen que el padre era esto o aquello, en tono descalificativo y sin nunca citarlo, encontraremos allí el fundamento de toda su obra pastoral. Pero por sobre todo hagamos como hizo él seamos hombres y mujeres de oración, “Era piadoso como un niño: se lo veía con su Breviario y con el Santo Rosario, incluso por las calles.”[14].

Hombres y mujeres de caridad “Atendía a los necesitados que acudían a su puerta cuando aún no se habían inventado la "opción preferencial por los pobres" ni la "teología del pueblo"”.[15]Dio de beber a los sedientos, descanso al peregrino, ayuda al pobre, consuelo al afligido, colchón al que no poseía nada. El dormiría sobre tablas, debajo de una infernal máquina de cine, pero nadie que se acerque se irá con las manos vacías…[16]




Hombres y mujeres que sigamos la obra, que defendamos la Cristiandad y que dejemos en evidencia el error, como dijo el mejor de sus discípulos debemos “conservar el “fuego sagrado” que nos ha dejado en herencia. Nuestra Iglesia y nuestra Patria necesitan que la obra del Padre se prolongue a través de los discípulos que formó, la tarea es ardua en estos tiempos en que abundan tantas defecciones de todo tipo. Sepamos encontrar en la imitación de sus virtudes el estímulo para difundir y profundizar su obra, para que las promociones más jóvenes puedan a su vez, encontrar su vocación cristiana y nacional”[17].

En definitiva hombres y mujeres, que al llegar el final de nuestro peregrinar, puedan definirnos como al padre Julio Menvielle y digan de nosotros simplemente: Amó la Verdad.

Lic. Marcelo Eduardo Grecco

Director

El Caballero de Nuestra Señora

2 de agosto de 2022

 



[1] Homilía en la primera Misa del Padre Buela

[2] Discurso del Padre Julio Menvielle, en la Rural el 17 de octubre de 1943, reproducido por El Caballero de Nuestra Señora oportunamente tomándolo de «Los Scouts de Meinvielle Historia de la Agrupación Nº1 Ntra. Sra. De La Salud» de Fabián González Arbas

[3] Homilía en la Parroquia Nuestra Señora de la Salud, el jueves 30 de julio de 1998 en el marco de la semana homenaje por los veinticinco años del fallecimiento del padre Julio, promovido el  año anterior por el Cardenal Quarracino

[4] Discurso en la Rural

[5] “No creo en navidades ni en las noches de paz / Las verdades no son absolutas” ( Un lugar perfecto  ) “Porque mucho de lo que está prohibido me hace vivir / No me persigo / Porque mucho de lo que está prohibido me hace feliz” (Prohibido) Poder jugar en otro juego es lo que imagino / Donde la gente de mierda este muerta y los buenos, vivos  / Quiero que sea este el lugar pero convertido Que decir aborto suene a legal y que no sea un pecado mortal” (Imposible) “el pecado es el que más te ayuda” (Sería una pena), Sumemos lenguaje soez, exaltador de la sexualidad sin amor, de la droga, etc.

[6] Discurso en la Rural

[7]  “La Iglesia tiene también sumo cuidado de las escuelas superiores, sobre todo de las universidades y facultades. E incluso en las que dependen de ella pretende sistemáticamente que cada disciplina se cultive según sus principios, sus métodos y la libertad propia de la investigación científica, de manera que cada día sea más profunda la comprensión de las mismas disciplinas, y considerando con toda atención los problemas y los hallazgos de los últimos tiempos se vea con más exactitud cómo la fe y la razón van armónicamente encaminadas a la verdad, que es una, siguiendo las enseñanzas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás de Aquino.” (GRAVISSIMUM EDUCATIONIS 10)

[8] En estas horas en que se pone en duda la Humane Vitae, sería bueno volver a leer y escuchar sus artículos sobre la encíclica de San Pablo VI y su valiosa defensa en contra de las críticas que en 1968 hacían los padres Mejía (luego Cardenal) y Juan Radrizzani, críticas que parecen hoy volver a tomar cuerpo desde las altas esferas vaticanas contra la encíclica.

[9] In Memoriam publicado en la página https://www.padrebuela.org/in-memoriam-ii/

[10] Prólogo a l libro La Masonería dentro de la Iglesia Misterium iniquitatis Pierre Virion

[11] Léase “La interpretación progresista de Maritain de los Documentos del Concilio Vaticano II” como parte del artículo que se ocupa de Le Payan de la Garonne (El Progresismo Cristiano, Colección Clásicos Contrarrevolucionarios)

[12] Maritain Cabildo Nº 2 Junio 1973 (El Progresismo Cristiano, Colección Clásicos Contrarrevolucionarios)

[13] “Si no producen santos, el Sacerdocio Católico es estéril y como la higuera estéril del Evangelio, no sirve si no para fuego” Padre Menvielle homilía primera Misa del Padre Buela (El Progresismo Cristiano, Colección Clásicos Contrarrevolucionarios)

[14] Monseñor Derisi: In Memoriam del Pbro. Julio Menvielle Revista  Universitas, 30. https://www.padrebuela.org/in-memoriam-ii/

[15] Mario Caponnetto Agradecido homenaje a Menvielle, https://www.laprensa.com.ar/518292-Agradecido-homenaje-a-Meinvielle.note.aspx

[16] Palabras pronunciadas por el Sr. Ángel Tacchela al finalizar la Misa de cuerpo presente en la Parroquia.

[17] Dr. Carlos Sacheri, Palabras pronunciadas por el Dr. Carlos A. Sacheri en la inhumación de los restos del Padre Julio Menvielle.



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