Ante el Motu Propio del Santo Padre Sobre la Celebración de la Misa Tridentina

El 16 de julio "sorprendió" la publicación de un nuevo Motu Propio del Papa Francisco en el que se limita casa hasta su abolición, lo que ya ha ocurrido en varias diócesis, aunque en muchas más todo sigue igual gracias a Dios. En este documento Francisco deja sin efecto todas las normas que al respecto habían realizado sus antecesores y la Iglesia de la apertura y en salida cierra las puertas a los que celebran de manera más fiel el sacramento, nada nuevo bajo el sol ya lo hizo en Buenos Aires, mientras presidía celebraciones con todos los abusos liturgicos posibles https://www.youtube.com/watch?v=RwS9umpEkvs

 Leyendo atentamente, se observa que llevó lo que había hecho en Buenos Aires a toda la Iglesia, porque entendían él y gran parte del Episcopado Argentino que quienes acuden a las celebraciones en este rito eran un grupo de "nostálgicos", cuando a todas luces se ha visto que aquel rito de nuestros mayores tiene grandes frutos espirituales en muchos jóvenes y en especial en jóvenes sacerdotes que lo abrazan como forma de celebración y de misión. ¿Esto es lo que alarmo al Santo Padre y a los Obispos de la progresía más radical? 

¿Cual puede ser la causa de la elección de los jóvenes? Estamos seguros, luego de haber crecido y participado siempre del Novus Ordo celebrado con la pureza y sacralidad más absoluta, en consonancia con lo pedido por el Concilio Vaticano II y no por el espíritu del "Pacto de las Catacumbas", que muchos jóvenes y ton jóvenes hartos ya de los permanentes abusos litúrgicos que se cometen y para los cuales no basta un simple "dolor", sino una acción concreta para limitarlos, han encontrado no en la ritualidad, sino en la profunda devoción y belleza del rito tradicional un lugar para honrar, alabar y glorificar a Dios con el debido respeto, han encontrado allí el alimento para su vida espiritual y la fortaleza para la misión, por eso muchos Obispos han reconocido los frutos de la misma en la acción misionera.

Hartos, claro que estamos hartos de los voceo y tuteo a Dios, de los conjuntos rockeros (como aquella Misa en lujan del 8 de mayo del 2010), de las idolatrías, de las marionetas y los curas "piñones fijos" en la Misa con niños, de las canciones de protesta, queremos ofrendar la vida y no el "odio". Hartos del materialismo en las canciones, de las hipocresías hacia los pobres, de la falta de unidad en las oraciones (en cada parroquia se cantan glorias distintos y la mayoría nada tiene que ver con el de los "libros", que el papa dice respetar, pero cuando usaba el ustedes o el voceo, se sacaba la Mitra para las homilías no los respetaba), de los aplausos a diestra y siniestra  sin ningún sentido, aunque en la casa de Dios nunca son justificables. Hartos de los bailecitos, de las homilías vacías de contenido o peor aún con un gran contenido marxistoide y con ausencias de llamados a la conversión a Cristo, de santidad, de Cruz, de amor a la vida eterna.

Hartos de que no se usen las vestimentas sagradas o las mismas carezcan de belleza, de que se desluzcan los vasos sagrados cual pretexto de una pobreza que no siempre se vive. 

Hartos de que cada cura  de todo esto y de mucho más, pero molesta el canto gregoriano, el latín, el organo (aunque el Vaticano II los alabe)o la belleza de la liturgia tridentina, lleno de gestos de amor y devoción a Dios, que mueven a la contemplación.

Podíamos seguir diciendo más los dejamos en manos de Monseñor Aguer, quien es hoy el Obispo de la Patria, ya que nos vive confirmando en la Fe.

Marcelo Grecco

https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=41316

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