Cultura Misionera: El Divino Impaciente

 Quienes tuvimos la gracia de poder escuchar las homilías del Padre Carlos Lojoya, supimos aprender a gustar y degustar la poesía y en especial de Pemán. "Descubridor de «divinos impacientes»", lo llamo el Padre Sato, en alusión a su admiración a la obra del autor español sobre San Francisco Javier. Gustaba mencionarlo en las homilías, escucharlo con un hermoso audio con los textos, en una interpretación única y bellisima. Cuenta el R.P. Miguel Fuentes IVE, en el libro con el que homenajeara al Padre Carlos a los diez años de su partida, que tenía "especial debilidad por José María Pemán, de quien frecuentemente nos hacía escuchar una grabación de "El Divino Impaciente", o nos leía él mismo sus versos más sonoros." 

Cuando estos días en la búsqueda del buen teatro español, que otrora se trasmitía en la Televisión Española, encontramos esta maravillosa interpretación de la obra tan cara al Padre Carlos y volvimos, al escuchar sus versos, a recordar cuando el padre los decía en la homilía o en diario trato. Pero también vimos en aquellos versos un bien para las almas, una profunda muestra de la misión de la Iglesia y en especial del sacerdocio y la necesidad de oración por ellos y por las vocaciones: "Los viñadores son diez y la viña el mundo entero".

Pero también nuestra misión como seglares, el anuncio de la Salvación a todos los hombres, al mundo entero, por supuesto que los sacerdotes tienen la principal tarea, sobre todo en la administración de los sacramentos, pero también nosotros tenemos que anunciar a Cristo, en los nuevos medios, con las nuevas formas, pero fundamentalmente buscando la santidad y en ella dar testimonio.

Queridos lectores, que sea de provecho para ustedes y que puedan difundirlo, sobre todo en los más jóvenes, que conozcan la belleza de nuestra lengua y la grandeza de está obra y quizás alguno descubra el llamado de Dios al Sacerdocio.

A no olvidar, "mientras exista un confín, de tierra sin alabar, al que nos vino a salvar, la tierra no tiene fin" y si cada día son más los que han dejarlo de hacerlo, es más arduo el trabajo, aún entre los ya bautizados.

Que la Virgen Madre, nos ayude para que este post sea una gota de agua en el océano y que el Señor coseche buenos frutos de esta siembra, para su mayor gloria y el bien de las almas.



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