De Aquí y de Allá II

 Sigamos pasando revista sobre lo que vamos viviendo en nuestra vida eclesial, con sus luces y sus sombras, más de las últimas que no dejan ser iluminados por la verdadera Luz, Cristo el Señor.

Hablábamos en el editorial “De aquí y de Allá” de las cancelaciones que se vienen sucediendo en esta Iglesia “sinodal” y de la “escucha”, estos días nos encontramos con una nueva que quizás anticipe una renuncia de un correcto Obispo. Una decisión de Roma de cancelar ordenaciones[1]. ¿Qué pasa en Alemania y su camino cismático, perdón sinodal? Podríamos preguntarnos ¿Es este un seminario donde se estudia la Teología de la liberación o alguna herejía? No, es un seminario donde aparentemente se forman sacerdotes en la sana doctrina, un seminario y una diócesis con muchas vocaciones y con un clero joven que cree en la sana liturgia y en la doctrina perenne de la Iglesia. Aquí, está la causa del muro que quiere levantar el progresismo, ante su evidente fracaso, o mejor dicho ante la evidencia de su objetivo destructor de la fe, que lo ven logrado, pero que  estas pequeñas resistencias y verdaderas reservas de la fe, les ponen un nuevo obstáculo en su camino. Benedicto XVI abrió una puerta que muchos pensaron que solo era para melancólicos y no se imaginaron que atraería sobre todo a jóvenes asqueados de los abusos litúrgicos en el Novus Ordo y que encontraron en la liturgia tradicional fuentes para vivir la fe, como lo hicieron los santos de toda la historia. En esta diócesis esa apertura que permitió el Motu proprio de Benedicto dio buenos frutos y eso molesta.



Nosotros confiamos que el Espíritu Santo es más fuerte que ese ente desconocido “espíritu del Concilio” (que no el Concilio Vaticano II) y su invierno eclesial. Una vez más, decisiones que se toman luego de las “visitas fraternas”, llevadas adelante por Obispos que buscan promociones, como en este caso que casualmente, el visitador, recibirá su Capelo Cardenalicio, según lo anunciado. Recemos por estas vocaciones, que no se pierdan como ya ha pasado en otras diócesis donde se ha intervenido maliciosamente, donde las que no se perdieron tienen un alto riesgo de recibir una pésima formación en lo que les queda, dependerá de ellos acudir a las buenas fuentes. Me suena aquella canción que dice “casas más, casas menos, igualito que Santiago”, podremos decir “decisiones más, decisiones menos, igualito que Costa del Este, San Rafael y lamentablemente seguirá la lista.

En uno de los artículos que hace referencia a este tema, se habla de que se está trabajando en seminarios regionales, donde el progresismo y su deformación estén garantizados, haciendo a las diócesis perder el derecho de formar a su propio clero y me parece que aquí está el quid de la cuestión en la que nos enfrentamos. La iglesia abierta y sinodal, que sigue cancelando la fidelidad y la  fecundidad de los buenos, para imponer la teología deformada.

A la vez que se cancelan ordenaciones, se cierran seminarios y se cambia la formación de otros, se promueve con fuerza las escuelas de Diáconos Permanentes, como ocurre en San Luis (Argentina) y Avellaneda ordena siete Diáconos, de los cuales seis son permanentes  y la “clericalización” de los seglares, a quienes se les desliza subrepticiamente que para que una comunidad funcione no es necesario el sacerdocio ministerial. Este misterioso empuje al Diaconado permanente y a institución de los ministerios al lectorado y al acolitado, en una idea de “ministerialización”, según el neologismo franciscano, se corre cada vez más el riesgo al que había alertado Juan Pablo II, sobre la “la igualación entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial”.

Se hace cada vez más frecuente, lo observamos en la confusión sobre los “ministerios extraordinarios” que se convierten cada vez más en ordinario, alimentando la no conciencia sobre la necesidad del sacerdocio ministerial. Por él, la Eucaristía es presencia viva en la comunidad eclesial y la Iglesia vive y se alimenta de la Eucaristía. “Sin sacerdocio no hay Eucaristía” y el Sacerdocio es para la Eucaristía, que es la “fuente y cima de la vida de la Iglesia”. Pero cuando las vocaciones son significativas ya sea en diócesis o en Institutos Religiosos, la mayoría con cierto perfil más “conservador” (a nosotros nos gusta decir más fieles) son cerrados, comisariados, en definitiva cancelados.

Larrabure



Se conoció que el Sr. Obispo Castrense, Monseñor Olivera habría dado el visto bueno para iniciar la causa de canonización del Coronel Argentino del Valle Larrabure, muerto vilmente por los terroristas que enlutaron la Patria por tantos años. Me voy a permitir hacer unas consideraciones que de ningún modo quieren poner en duda las virtudes vividas en forma heroica por parte del Coronel. Nos hacen ruido las circunstancias y el contexto eclesial en que se abre esta causa. Monseñor Olivera, además de ser Obispo Castrense, es el delegado del Episcopado para la causa de los santos, en este sentido trabajo arduamente por la Beatificación de Brochero, que permitió el Papa Benedicto XVI, aunque se haya llevado adelante ya en el Pontificado de Francisco, Olivera además en ese momento Obispo de Río Cuarto, diócesis a la pertenece el curato Brocherano. Ahora bien Fue Olivera, junto con la postuladora de la causa –discípula de Pironio-, que llamaron “primer teólogo de la liberación” al santo cura de Traslasierra, con un descaro asqueroso. Digamos que pronto fue canonizado, habiendo llegado Francisco a Roma y toda la obra de Brochero fue leida en “clave”, como les gusta decir a los progres, marxistoide.



Es también, Olivera por su encargo en la CEA,  quien llevó adelante la causa cuasi exprés de los Riojanos tildados de mártires, luego de un nuevo juicio promovido por el cura terrorista Fray Puigjané, que echó por tierra la sentencia dada durante el gobierno democrático de accidente. Todo esto se hizo alentado por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, quien  en paralelo cerraba la causa del “mártir” Jordán Bruno Genta, comenzado durante la época del Cardenal Quarracino, por razones de tipo política dado el carácter político de la personalidad del Profesor Jordán Bruno Genta, no es posible aún recomendar al Señor Arzobispo que acceda a lo solicitado”[3].” Con similares argumentos el hoy Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y Obispo de San Isidro, rechazó la causa de Sacheri. No olvidemos que el Obispo canonizado fue defensor de quienes integraban la guerrilla armada en la Argentina. En este contexto, Monseñor Olivera, lleva adelante esta causa y por eso nos hace ruido. Nos preocuparía que se haga no por la vivencia heroica de las virtudes cristianas en el Coronel, sino como una forma de equiparar la balanza. Perdone el lector, pero ya lo dice el dicho, “cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía”. No soy santo pero, en este contexto eclesial y con estos personajes, desconfío bastante.

Ni una menos y la mujer en la Iglesia

Se ha llevado adelante una nueva marcha llamada “Ni una menos” que dio inicio la madre de una chica que fue asesinada por su novio por su negación a abortar, este movimiento copado por los movimientos feministas, que en su documento tiene reclamos como estos: “Exigimos se garantice la aplicación de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo en todo el país.” (Chiara fue asesinada por negarse a abortar…). “Efectivización de la Educación Sexual Integral ¡YA! Por una ESI con perspectiva de discapacidad, educación inclusiva y feminista.”  “ Separación de la Iglesia y el Estado.”. Este movimiento ha hecho que las Iglesias donde se han realizado las marchas estén valladas y a pesar de eso se hicieron pintadas, como ocurrió en la Catedral de San Luis, donde ni la “apertura” del Señor Obispo dio frutos. Pero a pesar de esto leemos en AICA, que la Acción Católica Argentina se une a “Ni una menos”, claro que aclaran que es desde la Fe. Yo pregunto, ¿Ante una marcha que es anti cristiana, promotora del rechazo social al Orden Natural y de la ideología de género; una marcha que no busca “visibilizar” los dolores de las mujeres y mucho menos buscan buscar su dignidad, no debería una institución católica, como ACA rechazarla? ¿No deberían preocuparse por hacer conocer la Carta de Juan Pablo II sobre la mujer o las encíclicas sobre la defensa de la vida de Pablo VI y Juan Pablo II y todo el magisterio al respecto? ¿Por qué queremos participar siempre en estos lugares donde no debemos estar para no confundir? ¿Por qué ser iglesia de la publicidad y no Iglesia de la Verdad? No vi ningún documento de adhesión al Rosario de Hombres de parte de la Acción Católica ¡Eso no vende!. Que lejos de aquella Gloriosa Acción Católica que defendía la Fe, que defendía y se movilizaba cuando la Madre era atacada. “Institución laical”, pero no en el sentido más puro del laicismo, antes era un institución de Seglares. Que lejos de “los firmes principios”, que difícil que podamos “forjar la patria viril del mañana”… Ayer los desertores se armaron y levantaron contra la Patria y promovieron la lucha de clases, hoy parecen aplaudir la nueva lucha de clases que promueve la ideología de género.  Santa Gianna Beretta Molla, ora pro nobis.



Buenos Aires, Poli y Fernández

Hace unos días salió una denuncia hacia el Cardenal Poli, un Obispo auxiliar y algunos sacerdotes de la diócesis, por algunos temas de carácter económico. De una lectura más amplia y con un seguimiento más profundo entendemos que fue un intento de forzar una renuncia anticipada de monseñor Poli y dejar mal parado al Obispo auxiliar, hoy Vicario Episcopal y manchar a un buen sacerdote, en pos de poner rápidamente a un impresentable Arzobispo, que ha hecho carrera eclesiástica, de la mano de un gran opositor en el discurso del carrerismo eclesial que habita en Roma.

Digamos, para ser claros, nuestra opinión es que el Cardenal Poli es un Arzobispo “correcto”, por supuesto que se le pueden achacar muchas cosas pero ha sido mucho mejor que su antecesor. Lo dijimos apenas asumió: “no será Quarracino, pero tampoco será Bergoglio”. Aunque en realidad no sabemos hasta donde pudo desplegar su pastoral, en medio de una Arquidiócesis franciscana y de una Conferencia Episcopal tiránica y con un Pontificado demasiado inmiscuido en las cuestiones eclesiales argentinas y los nombramientos episcopales, ni siquiera sabemos si ha elegido a alguno de sus Obispos Auxiliares, con lo cual tampoco podemos evaluar con criterio su pontificado en la Iglesia Primada de Argentina.



 Lo consideramos un Obispo que cree en Cristo y eso es mucho en estos tiempos eclesiales, celebra con cierta dignidad la Misa, aunque permite algunos abusos como la Misa de niños. Que no ha tenido miedo de reconocer a los grandes sacerdotes de la talla del padre Julio Menvielle, a quien mencionó y honró cada vez que pudo[2], de hecho volvió a armar una federación de scout católicos, cuando la asociación Scout de Argentina metió la ideología de género, por todo esto decimos que es un Obispo correcto.

Una última consideración positiva es que no hemos escuchado que, durante la pandemia, haya perseguido a los sacerdotes que dejaron los Templos abiertos o daban la comunión en la boca cuando un fiel se lo pedía o administraban el sacramento de la Confesión, como ocurrió en otras diócesis y hemos de decirlo que lo han hecho sacerdotes a quienes nunca llamaríamos “conservadores”. Si pusiéramos lupa, seguramente habría mucho por criticarle, pero en este caso sin una defensa ciega, no podemos dejar pasar este tema como si nada pasara, sobre todo considerando que fue una operación para adelantar el nombramiento de “preferido” Fernández,[3] y otorgarle el capelo cardenalicio.

Me cuentan que Fernández no es muy querido por el clero porteño, quienes aparentemente han ido bajando su Franciscolatría y están pisando más en tierra  (por supuesto no se convertirán en conservadores, siguen siendo pasteleros y progresistas en el peor de los casos) nadie se le va a ocurrir hacer una campaña, pero debiéramos hacerlo en las redes: #No queremos al Tucho ni en Buenos Aires, ni con capelo.

Nunca, como en estos tiempos, debemos aprovechar a rezar con más fuerza “Salva al Pueblo Argentino, Sagrado Corazón”, “Salva a la Iglesia, Sagrado Corazón”.

Rosario de hombres

El padre Menvielle, en su lecho de muerte, dijo que no había soluciones humanas, pero que la devoción a la Virgen iba a salvar a la Argentina, en lo personal viendo el desastre que nos van dejando los funcionarios eclesiales, tengo para mí que el reservorio de la fe, del que otrora hablaban los Obispos, lo vamos a encontrar en los jóvenes de la tradición, en la devoción a la Eucaristía y a María. En Polonia comenzó un gran movimiento de hombres que rezan públicamente el Rosario, siguió luego en España y ahora se extiende a América. En la Argentina estuvo en Buenos Aires, Mendoza, Tucumán y en varios lugares más, acompañados por sacerdotes valientes y por lo que sabemos sólo por dos Obispos, Monseñor Aguer y el arzobispo de Paraná, que les dio las bendición a los hombres que rezaron frente a su Catedral, hubo otras catedrales que estuvieron cerradas, no parecería que los Obispos prestos a acompañar marchas pidiendo justicia u otras cosas, son muy afectos a las manifestaciones públicas de la fe, parecería que la iglesia “abierta a todos”, la “Iglesia en salida” no siempre se abre para los católicos fieles, no sale con ellos a manifestar su fe.



En la Iglesia los hombres nunca han sido mayoría, ni muy piadosos, en general. Pero cuando el varón vive profundamente la Fe, no duda en defenderla hasta perder la vida. El padre Carlos decía que San Mateo en el relato de la multiplicación de los panes, resalta la cantidad de hombres que comieron “sin contar mujeres y niños”[4], que siempre eran mayoría. De la misma manera en Argentina, en aquel octubre glorioso de 1934 resaltó la comunión de los hombres en Avenida de Mayo. Nunca hemos sido mayoría pero quienes vivieron la fe con integridad han sido su gran reserva y la han trasmitido de generación en generación. En la historia de muchos santos hemos visto cómo eran ellos, los padres, quienes guiaban la oración familiar o quienes llevaban a los hijos a la caridad y daban ejemplo de ir tempranito a Misa antes de trabajar, como el papa de Santa Gianna Beretta Molla, también el papa de Don Bosco y de Santa María Gorretti.



Por eso el Rosario de hombres que sacan la fe a las calles, cuando parece que la Iglesia en salida, es la Iglesia más cerrada y guardada de la historia, cuando se abate sobre la sociedad una descristianización abrumadora, una ataque frontal contra la familia, de orden natural y el varón permanentemente atacado, se hace necesario que el hombre de fe salga a la calle a defenderse de la presión de fuera y de dentro de una fe vivida en lo secreto del hogar. Esto es Iglesia en salida y no las paparruchadas de las marchas por las tres T o de los bailecitos de murgas que nada tienen que ver con nuestra fe.

Madre Santísima ruega por nosotros.

Supla la gracia la deficiencia de la pluma

 

Marcelo Grecco

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