Editorial: De Aquí y de Allá
Hace mucho que no
realizamos un editorial, ciertamente la triste situación en que veíamos a la
Iglesia nos imponía más el silencio y la oración que nuestra mísera palabra. Pero
este último tiempo reclama y compromete la necesidad de volver con nuestra
pluma deficiente, a reflexionar sobre el duro presente. Sin dejar de invocar al
Señor para que ilumine y cubra la deficiencia y obtenga frutos, a pesar
nuestro.
Cancelados
Se ha puesto de moda la "cancelación"
en el ámbito eclesial, en este sentido recomendamos el artículo de Monseñor
Aguer que publicara en Infocatólica y que nosotros compartimos en nuestro blog[1]. La “cancelación” se ha multiplicado desde el
2013, curiosamente en paralelo con la fuerte declamación de los "funcionarios
eclesiásticos", de la llamada “Iglesia
de la escucha” de la “Iglesia abierta a todos” o como decía un nefasto Obispo
que ha ido a destruir toda una buena obra “la mesa de todos”. Pero en esta
iglesia, que es fiel a la dictadura del relativismo, solo se escucha y acepta a
los que les conviene para su nefasto accionar. La cancelación es la nueva
guillotina de los predicadores de las tres mentiras francesas. Si lo que se
predica, se vive está marcado por el error, si se promueve el pecado y la
corrupción moral de la sociedad, si se defiende la lucha de clases, si se
deforma la liturgia y el mensaje evangélico, seguro te escuchan y tendrás lugar
en la mesa. Pero, si hay fidelidad al Magisterio eclesiástico, dos veces
milenario, si se practica la hermenéutica de la continuidad, si se cuida la
liturgia, siendo fiel a lo mandado, si se predica el bien moral, los
mandamientos, el don del Cielo y la posibilidad del infierno, el amor de la
Gracia, el mal del pecado y todo aquello que las almas necesiten para la
salvación de las almas, se proclama la anatema y se es “cancelado” del mundo
eclesial.
¿Cómo cancela el
progresismo que ha copado la Santa Sede? Cancela inventando o agarrándose de
algún error administrativo, de alguna denuncia progresista renunciando Obispos,
o incluso aceptando rápidamente las renuncias canónicas, contra toda costumbre,
y nombrando sucesores con línea contraria no solo a ese Obispo, sino a toda una
línea de continuidad y dejando al emérito en el total olvido y si es posible
borrando toda huella de su trabajo.
Monseñor Liviares, miserablemente destituido |
Se cancela desde la
cátedra con términos como “rigidos”, “rigoristas”, “cerrados”; con calumnias
como que “rompen la unidad”, no quieren
asumir el “Concilio”, ellos entienden no los documentos sino esa cosa rara que
es ese espíritu, contra el que ha hablado Benedicto. El espíritu del pacto de
las catacumbas.
Se cancela echando de la diócesis a sacerdotes
que dejaron su diócesis natural para ir a evangelizar cuando no había
sacerdotes que pudiesen hacerse cargo, como ocurrió en La Pampa con el
impresentable Obispo que les ha tocado en desgracia. Se cancela quitando
parroquias o asignando horarios de Misas donde no concurre nadie, o trasladando
a tierras alejadas o dando una capellanía menor o incluso dejando sin ningún oficio
sacerdotal, poniendo en riesgo la misma vocación.
Se cancela en las redes, eliminando comentarios
o anulando que puedan hacerlo. Sin querer auto referenciarnos, digamos que
sufrimos la cancelación en las redes, junto con otros nos cancelaron en el
faceebook de la Diócesis de San Rafael y en su órgano de comunicación “De Buena
Fe”, durante los lamentables sucesos que se vivieron por la torpeza e iniquidad
del ahora emérito, siguiendo los lineamientos del progresismo que se instaló en
Cuyo y en la Conferencia Episcopal para destruirlo todo. Estos desgraciados hasta
cancelaron el seminario más fiel y con más vocaciones que había en la Argentina.
El “Programa Fe” es un
órgano del Episcopado para hacer propaganda eclesial, buscando la contribución
económica, en su página en Facebook publicaron la ceremonia del lavado de los
pies realizada por el presidente de la Conferencia Monseñor Ojeda donde, fuera
de todo rigor litúrgico, hace que todos se laven los pies unos a otros,
nosotros cometimos el delito de poner dos
comentarios uno que copiaba lo que dice el Misal Romano sobre la celebración y
otro con un texto de la carta del Papa Francisco presentando su Motu proprio
contra el Rito Extraordinario, donde decía que se debían cumplir lo que está en
los libros, estos comentarios se borraron y no pudimos nunca más hacer algún
comentario…
No es una Iglesia que
escucha para adecuar la forma más apropiada para trasmitir el Mensaje, ellos
quieren una iglesia (usamos las minúsculas con total convencimiento que no
hablan de la Iglesia) que cambie el Mensaje, que a lo adapte a los tiempos, que
relativice la Verdad, que endulce la sal
y apague la luz. Una nueva iglesia, rompiendo con toda la tradición, cambiando
el mensaje de Dios. Una nueva iglesia que se deje evangelizar por el mundo y no
que Evangelice al mundo. Una iglesia que buscar caminos alternativos, cuando el
único camino es Cristo. Una iglesia que promueva la lucha de clases, que se
quede en el materialismo y el inmanentismo. Una iglesia que se dejarse guia por
los cambios que propone el espíritu a secas, que no es el Espíritu Santo, de lo
contrario no ne contradeciría como lo hace permanentemente, quieren una iglesia
en clave marxista donde el cambio es permanente. Basta mirar el camino cismático alemán o al
perverso James Martín, que dicen que es sacerdote jesuita, pues parece que ha
colgado en algún lado el sacramento.
¿Iglesia de la escucha o
iglesia que cancela?
Que quede claro, en este
sentido debemos decir ¡Bendita Cancelación! Para nosotros ha sido un honor que
estos impresentables nos cancelen.
Lenguaje
El lenguaje es uno de los
medios por los que se va metiendo la revolución cultural en la Iglesia. Comenzó
excluyendo de la liturgia se ha excluido el latín y últimamente de todo el
ámbito eclesial, contrariamente a lo que expresa en sus documentos el Vaticano
II[2] o lo afirma San Juan
XXIII, luego de alabar al idioma latino, dice que “la lengua usada por la
Iglesia debe ser no solamente universal sino también inmutable”[3], quizás por lo que tiene
de universal, de católica sea por lo que sea odiada, que ya hasta en los
seminarios se ha dejado de estudiar. Pero no contentos con esto, en la liturgia
se ha ido deformando el lenguaje paulatinamente, hasta llegar al hoy donde se
ha vaciado de contenido el discurso o peor aún se han convertido en un discurso
que no es ni católico, ni cristiano siquiera. Empezaron metiéndonos el ustedes
a la fuerza, a pesar que los libros seguían diciendo “vosotros”, hoy que lo
lograron y lo metieron hasta en la consagración, los sacerdotes y muchos
Obispos usan y abusan del voceo o de las fórmulas de saludo, mejor dicho no las
usan o las usan como secundarias, prefieren el “buenos días” antes que indicar “La
gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la
comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes”[4], ante alguna consulta han
respondido que es lo mismo. Todos estos actos reducen la liturgia a una
mundanidad absurda, a robar el valor sagrado de la liturgia y mezclarlo con lo
profano. Las homilías son una prueba de ello, se han bajado del caballo, en
lugar de subirnos al caballo, aunque luego de años de destrucción en la
formación sacerdotal, me parece que son cada vez menos los que pueden cabalgar.
En los ochenta debimos,
por “obediencia”, comenzar a rezar el Padre
Nuestro con la actual forma litúrgica que cambia “deudas” por “ofensas”, el
sacerdote que celebraba ese Domingo en que comenzamos a rezarla, nos enseñó la
no sutil diferencia entre una y otra fórmula y vimos como a todas luces perdía
el sentido que el Señor quiso darle a la oración y que la Iglesia reza en la
formula latina. Deformación no solo del lenguaje, sino de la oración y la
liturgia misma. Baste como se cambiaron las oraciones por ejemplo el “Arcordaos”
reducido a “Acuérdate” o directamente “Acordate”, un sacerdote me pedía que
cambiara el Alma de Cristo y lo pasara de primera a tercera persona, en vez de “santifícame”,
debía decir “santifícanos”, por supuesto lo saque corriendo.
Pero, en los últimos
tiempos, está ocurriendo algo más grave, en los ámbitos eclesiales, sin excluir
las comunicaciones de los Obispos y del Episcopado Argentino y en las
celebraciones, lentamente o no tan lentamente se está colando este supuesto
lenguaje inclusivo, fruto y consecuencia de la ideología de género. No digamos
el “hermanos y hermanas”, que siempre estuvo en la Iglesia, pero se escucha y
se lee, por ejemplo “Laicos y Laicas”, como se escuchó en el sínodo porteño de
parte de algunos oradores y fieles y en algunas expresiones episcopales. Baste recordar que Francisco ha dicho que la
ideología de género es diabólica y este lenguaje también lo es. También se
cuela un lenguaje de coaching, cuyas raíces filosóficas se contraponen al
Evangelio, basado en el constructivismo filosófico, otra muestra más que el humo
de satanás ha penetrado en la Iglesia.
Todo en pos de una
inclusión que no siempre es la del Evangelio. Digamos, en fin, que la inclusión
del Evangelio exige siempre nuestra conversión[5], también nosotros podemos
ser excluidos de la Casa del Padre, si le rechazamos y persistimos en el
pecado. No sean ingenuos, creo que no lo son, Señores Obispos y no se sumen a
esta ola de perversidad, esperemos que en un tiempo, no lejano, no tengamos que
escuchar el “laiques”, o “hermanes” en la Misa o en sus documentos y ver al
celebrante con un pañuelito verde colgado en el cuerpo y no hablo de un pañuelo
scout, que los capellanes usan y algunos son verdes, cuando el verde era un
color respetable, lo digo por este feminismo que también se esta colando y está
muy lejos de la dignidad de la mujer que tan bien la ha expresado San Juan
Pablo II en su Carta Apostólica Mulieris Dignitatem y el lugar que siempre ha
ocupado la mujer en la Iglesia. En fin, Castellani decía que nuestro episcopado
siempre fue mediocre ¿Qué diría ahora, con un Lozano, Raúl Martín, García
Cuerva, Carrara y sigue la lista…?
Participación Activa
El Concilio ha hecho hincapié
en una participación activa de los fieles, para que estos “no asistan a este
misterio de fe como extraños y mudos espectadores” sino que pide que lo hagan
conscientes de lo que allí ocurre, comprendiendo verdaderamente el enorme don
de Dios y el gran acontecimiento que implica el Santo Sacrificio (con perdón de
los progresistas que evitan esta expresión) de la Misa. Dice el Vaticano II,
con toda claridad que los fieles deben concurrir comprendiéndo bien lo que allí ocurre “a través de los ritos y
oraciones, participen conscientes,
piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra
de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer
la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él,
se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí,
para que, finalmente, Dios sea todo en todos.”[6]
Pues bien, nada de esto ha ocurrido, salvo en honrosas ocasiones, porque esta
participación se ha difundido como una acción externa y de gestos, que no son
propios de la liturgia, lo que el Concilio nos dice va más allá de que todos
participen en los ministerios, aún sin estar formados, o que muevan el cuerpo
en bailecitos o con gestos que no le son propios, o aplaludan, etc, etc.
Benedicto XVI, en un libro
que todos debiéramos leer, estudiar y meditar “El Espíritu de la Liturgia, una
Introducción”, explica con su sencillez y su profundidad que esta participación
no refiere a esos gestos externos, ni siquiera a los ministerios, no es
participar leer, guiar, estar en el coro, pasar la canastita o llevar las
ofrendas, esos son servicios al Altar, la participación es ser parte de la
acción principal y dice Benedicto que “la verdadera acción litúrgica, el acto
verdaderamente litúrgico, es la oratio: la gran plegaria (Eucarística)[7] que constituye el núcleo
de la celebración litúrgica”. En ella ocurre la acción de Dios, el sacerdote
que la eleva habla no con su yo personal, sino “con el Yo del Señor (…) con la
conciencia de que en este momento no habla por sí mismo, sino que, en virtud
del sacramento que ha recibido, se convierte en la voz del Otro que es el que
ahora habla y actúa”. Y es aquí a donde todos estamos llamados a ser parte, a
participar activamente en la acción de Dios mismo. Nosotros finitas y pecadoras
creaturas podemos ser parte, “por el hecho de que Dios mismo se ha hecho
hombre, ha asumido un cuerpo y, con su cuerpo, sale al encuentro de los que
vivimos en el cuerpo”. Esta es la verdadera participación que debemos buscar en
la Eucaristía, lo demás es servicio
secundario o estupidez humana, digo los bailes “la danza no es una forma de
expresión de la liturgia cristiana (…), ningún rito cristiano conoce la danza”,
los absurdos aplausos pedidos por los sacerdotes y Obispos a Jesús, a María o a
los hombres, “cuando se aplaude (…) dentro de la liturgia, nos encontramos ante
un signo claro de que ha perdido totalmente la esencia de la liturgia y ha sido
sustituida por una especie de entretenimiento de inspiración religiosa. Este
tipo de atracción no dura mucho; en el mercado de las ofertas de tiempo libre,
que siempre incorpora formas de lo religioso para incitar la curiosidad del
público es, imposible la competencia”, los fracasos están a la vista, pero el
progresismo sigue con la misma cantinela y vemos hoy, a peinadores de canas, con
la guitarrita, los bombos y los bailecitos, mientras los jóvenes no están en la
vida real de la Iglesia, en la acción piadosa, en la liturgia. Los niños que
vivieron las pedagógicas Misas de niños durante dos años, desaparecen casi por
arte de magia al recibir la Comunión, solo un puñado se queda para la
confirmación o en algún grupo, pero poco será el tiempo y sin una presencia
real en la acción litúrgica.
“La liturgia sólo podrá atraer a las personas
si no se mira a si misma, sino a Dios, si se le permite estar presente en ella
y actuar. Entonces ocurre lo que es verdaderamente extraordinario, lo que no
admite competencia, y las personas sienten que aquí ocurre algo más que un
aprovechamiento del tiempo libre”[8]. ¿Será por esto que los
jóvenes de la Diócesis Vannes en Francia, han pedido la vuelta a lo sagrado,
mientras los entrados en años siguen insistiendo que para atraer hay que
abandonar lo sagrado?[9]
El Papa Francisco en la
carta de presentación del Motu proprio Traditionis Custodes, habla de que las
respuestas a una consulta hecha le generaron pena y preocupación[10], por eso debe actuar
destruyendo la amistad litúrgica que el Papa Benedicto había instaurado. ¿Serán
esas noticias alarmantes, que muchos sacerdotes y seglares jóvenes han querido volver
a las formas más tradicionales asqueados del manoseo litúrgico al Novus Ordo,
más allá de lo que este tiene de criticable y que debería corregirse, según los
expertos? ¿Por qué el Vetus Ordo atrae, mientras el Novus celebrado de esta
manera aleja?
Una vez un residente en Medio Oriente contestó
sobre porque se preocupaba uno de los bandos, si con la matanza iba pronto a
desaparecer el enemigo, este le dijo que se preocupaban y hacían el muro porque
ellos no tenían tanta descendencia como los otros y esto había que ocultarlo de
alguna manera. ¿Traditiones Custodes, el cierre de seminarios, la cancelación
de ciertos Obispos y curas, la sinodalidad, será el muro eclesiástico que quiere
ocultar el fracaso de la pastoral perversa de más de cincuenta años?
¿Unidad?
En el mencionado Motu proprio, Francisco habla de que la unidad tantas veces declamada se va a lograr con el Novus Ordo, pero la experiencia nos dice que no vemos esta unidad. No hay un idioma común en las oraciones principales, cada Conferencia decide como celebrar y no digamos cada Obispo y cada sacerdote atribuye a las famosas “razones pastorales” ciertos cambios que son de terror. No digamos las innovaciones que promueven los seglares, con poco conocimiento de liturgia y que es aceptado. Dijimos antes lo que el Obispo de San Isidro hizo el Jueves Santo en el lavatorio de los pies.
El cambio en las oraciones, para incorporar cambios, tanto en Gloria
o en el Padre Nuestro o en el Agnus Dei, en los Salmos, contra toda disposición
litúrgica[11].
Veamos estos terribles ejemplos, tres Glorias distintos y ninguno con el que se
debe rezar.
1-
“Gloria al Padre, que ha creado todo el mundo por amor; Gloria al
Hijo, que ha venido por salvarnos del dolor; Gloria demos al Espíritu divino del
amor cantemos al Señor. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor; no
le cierres las entrañas ni el calor del corazón; busca pronto en tu recuerdo la
palabra del Señor: "Mi ley es el amor".”
2-
“Gloria al Señor que está en el cielo, gloria al Señor que está en
la tierra, paz a lo hombres de buena voluntad. Te alabamos Señor ,
bendecimos tu amor, y con tu dulce paz, danos tu bendición. Hijo de Dios eres
tú Cristo, y estas sentado a su derecha, paz a las almas que suplican perdón.”
3-
“Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria al Padre. A El sea la gloria
Aleluya, amén. (Aleluya, amén) Aleluya, amén. (Aleluya, amén) Aleluya, amén.
(Aleluya, amén) Gloria a Dios, Gloria a
Dios Gloria al Hijo. A El sea la gloria. (coro) Gloria a Dios, Gloria a Dios
Espíritu Santo. A El sea la gloria”
Y podríamos seguir con los ejemplos, hay muchos cambios que además de
destruir la liturgia, son de ideología bien marxistoide. Pero los ideológicos
son los católicos que quieren rezar con y en la Iglesia, según manda la
Iglesia, que quieren que se respete el Santo Sacrificio, que proclaman la
distinción entre lo sagrado y lo profano. A esta altura digo ¡Bendita rigidez,
que nos hace alabar a Dios verdaderamente!
Supla la Gracia la deficiencia de la Pluma
Marcelo Grecco
Director
28 de Mayo de 2022
[2] “Procúrese, sin embargo, que los fieles
sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del
ordinario de la Misa que les corresponde.” (Sacrosanctum Concilium 54, en
adelante SC)
[3] Constitución Apostólica Veterum Sapientia “La lengua latina que
podríamos llamar con razón católica[10], al ser consagrada por el continuo uso que ha
hecho de ella la Sede Apostólica, madre y maestra de todas las Iglesias, hay
que guardarla como un tesoro... de incomparable valor, una puerta que
pone en contacto directo con las verdades cristianas transmitidas por la
tradición y con los documentos de la doctrina de la Iglesia y,
finalmente, un lazo eficacísimo que une en admirable e inalterable continuidad
la Iglesia de hoy con la de ayer y la de mañana.”
[4] Misal
Romano, “Ritos Iniciales y Liturgia de la Palabra”
[5] “Para que los hombres puedan llegar a la
Liturgia es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión” (SC 9)
[6] SC 48
[7] La
Plegaria Eucaristica se extiende desde l Prefacio, la Oración que se reza después
de la oración sobre las ofrendas. “Realmente es justo y necesario….” Hasta Doxología
final “Por Cristo con El y en El”
[8] SS Benedicto XVI
(Joseph Ratzinger) El espíritu de la liturgia. Una introducción Ediciones
Cristiandad Madrid 2014. Capitulo II El
Cuerpo y la Liturgia
[10] “Las respuestas recibidas revelaron una
situación que me apena y preocupa, confirmando la necesidad de intervenir” (Carta Del Santo Padre Francisco A Los Obispos De Todo El
Mundo Para Presentar El Motu Proprio«Traditionis Custodes» Sobre El Uso De
La Liturgia Romana Anterior A La Reforma De 1970
https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2021/documents/20210716-lettera-vescovi-liturgia.html
)
[11] “Cese la práctica reprobable de que sacerdotes, o diáconos, o bien
fieles laicos, cambian y varían a su propio arbitrio, aquí o allí, los textos
de la sagrada Liturgia que ellos pronuncian. Cuando hacen esto, convierten en
inestable la celebración de la sagrada Liturgia y no raramente adulteran el
sentido auténtico de la Liturgia.” (Instrucción Redemptionis Sacramentum
59)
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario, siempre que sea respetuoso y lleno de caridad. Los comentarios van a ser moderados por los editores del blog.