Sembrando.... Treinta Años Después

Padre Carlos Alberto Lojoya
1990 - 6 de diciembre- 2020



Mañana se cumplen treinta años de aquella llamada telefónica, que hacía nuestra amiga, dándonos la triste noticia, que si bien era probable una leve mejoría de los últimos días nos habían esperanzado. Durísimo jueves soleado en el Cielo, pero nuboso en el alma, el abrazo con la madre de una mejor amiga, el dar la noticia a mis padres y una realidad que aparentaba ser un sueño, pero que era la vida misma que se nos rebelaba en todo su esplendor, donde la muerte es también parte de ella. Se había ido "el señor cura", había retornado a la Casa del Padre, a las 9:05 hs. de aquel 6 de diciembre de 1990.

Vino la Misa de inicio del velorio, donde el padre Sato nos ponía en el camino de la fe, de los que nos había enseñado el padre Carlos y aquellos sentimientos de orfandad a la vez que se profundizaban, se convertían en esperanza cristiana, pues nadie es huerfano si vive en el Señor, Dios "un padrazo".

En aquella homilía, el padre Sato, que había perdido a un hermano en el sacerdocio y a un amigo en Cristo, revivía lo ocurrido hace muchos años en San Pedro, cuando el padre espiritual del padre Lojoya había partido, luego de un duro accidente en el que el diacono Lojoya salvo su vida. En varias oportunidades se menciona al padre Pablo, cuando se refería al padre Carlos, quizás como una expresión de un encuentro en el Cielo entre un padre y un hijo espiritual.

. Una porción de la comunidad partía a donde el padre Carlos iría ahora sin la barrera del cuerpo, la ordenación sacerdotal "del recambio", como los llamaría siempre, sus hijos espirituales.



El doloroso jueves paso y el viernes dejamos en el cementerio de la Chacarita el cuerpo de quien en vida fue nuestro padre espiritual. 

Pasaron los días y el dolor era más grande, la orfandad nos embargaba, pero él nos había enseñado que el verdadero Padre era Dios. En medio del dolor por el vacío dejado y que el padre Sato ayudo a contener, vino también la incertidumbre sobre el destino de una parroquia que de la nada, fue elevada a un centro de oración, de sana liturgia, de misericordia (en todas las Misas de fin de semana y de días de semana, había confesiones) y de formación integral. De adoraciones y noches heroicas, de scouts y acción católica, de charlas y conferencias sobre los más diversos temas, una parroquia de caridad, de acción misionera, de hermandad sacerdotal que hacía una visita permanente de curas de todo el país y de sanas vocaciones, porque se cuidaba y respetaba al sacerdocio.




Una parroquia que no era bien vista para el progresismo reinante, cuando vinieron a tomar por asalto la misma se encontraron con jóvenes, con una parroquia viva y no muerta, ni adormecida como suelen imaginar a las parroquias donde se vive la fidelidad más pura a la Iglesia, para que ningún trasnochado salga con el cantito de pre-conciliar, en Visitación se vivia la hermeneutica de la continuidad y estas paginas de El Caballero, cuando él las escribia supieron reproducir la clara exposición del Cardenal Ratzinger al respecto. Parroquia viva y misionera, no cascara y esteril como sulen ser las parroquias progresistas. A muchos nos toco partir, pero aquella siembra se hizo carne y hueso, vida y, aun con las propias miserias y caídas que nunca faltan en el destierro, permanecemos por Gracia de Dios firmes en la Fe en Jesucristo, porque esto nos enseño el padre, su partida nos dolio, nos quebro, la destrucción de la parroquia nos sacudio, pero nuestra fe no era nostalgica a un hombre, a un sacerdote, sino a quien El nos enseñaba, a la doctrina de Cristo y de su Iglesia, nunca nos enseño su doctrina, sus ideas, sino las de Cristo y de la Iglesia.

El nos confirmo, en la  Fe de nuestros padres, pero también nos ayudo a fortalecerla  por medio de la oración, de la formación, no solo teológica o moral, sino en la sana historia, en la cultura, viendo las amenazas del tiempo. Pero que también nos enseño a difundir, con espíritu misionero. Nunca dejo a la Parroquia en la sacristía y está obra que fue suya, fue un medio para llegar al barrio, al díficil barrio de Flores, pero también los misioneros, los Rosarios en las esquinas, las procesiones, sus idas al hospital, etc.




Pasaron treinta años y hay una dura y oscura noche en el mundo y en la Iglesia, que nos hace extrañar aún más sus homilías, pero Dios le ha librado de semejante dolor por la Iglesia que el amó con un amor esponsal.




¿Que nos diría el padre Carlos, al ver los desastres eclesiásticos en nuestra Patria y en el mundo?

No somos quienes para escribir con autoridad, pero siguiendo lo que él nos dijera, lo escribiera a distintas personas y que el padre Miguel Fuentes VE, recogiera en su libro "Sembrador...  Semblanza y escrito del Padre Carlos Alberto Lojoya", nos animamos a delinear algunas cosas que debieramos tener en cuenta:

1- No perder la Fe

2- Desechar "todo pensamiento que conduzca a la desesperanza: «eso no es de Dios» viene del diablo"

3- "Son impresionantes las tinieblas que rodean todo. De  aquí que debamos estar unidos a la Luz, que es Cristo."

4- "Aguantar; no achicarse. El tiempo es maestro y no hay nada oculto que deba ser descubierto. Nos enrolamos en su bandera y bien dice Ignacio en sus ejercicios: «para quien me siga en la pena, me acompañe en la gloria»

5- "Tener paciencia en la prueba. Todo lo puedo en Aquel que me conforta. Lo demás importa. Manténgase fuertes"

6- Permanecer siempre en la Iglesia,

Treinta años y un Sembrador que sigue sembrando, un padre que nos sigue educando, un pastor que nos sigue guiando a los pastos verdes y seguros del Cielo.

Supla la Gracia, la deficiencia de la pluma


Lic. Marcelo Eduardo Grecco

Director

El Caballero de Nuestra Señora

5 de Diciembre de 2020






Comentarios

  1. Gracias Padre Carlos por su ejemplo y lucha por la Fe y almas

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  2. tuve con el, momentos donde quedábamos hablando, luego de cada día de trabajo, diagramando trabajos y proyectos. Estábamos en combate espiritual. Un xia me dijo "ppPablo el día que me jubile voy a vivir con vos, mientras pintas, te lavo los pinceles, tomamos mate y hablamos de religion"

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  3. Muchos recuerdos.. cuando me invito una noche a cenar pizza en la pizzeria del muro del seminario, estaba lleno, muchos sacerdotes por el conocidos sentíamos las miradas como puñales, el ambiente tenso y nosotros riendo y disfrutando la pizza de berberechos, habíamos ido a la madriguera...

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  4. Gracias Pablo por tu recuerdo, un abrazo a la distancia. Marcelo

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  5. Hermoso. Como pocos tuve la alegría inmensa de compartir misas. Liturgias de la palabra. Que preparaba el. Excelente Sacerdote mi Padre espiritual. Hoy lo extraño mucho. Como hace unos días se me fue mi querido padre Yusef. Soy El Turquito a él le debo el apodo. Lo mejor de mi niñez. Y juventud la pasé con el. Tuve el privilegio de vivir con el. Tantas misas compartimos. Con el y el padre Sato. Hoy querido Padre Carlos te recuerdo como si fuera ayer. Agradezco enormemente. Marcelito Greco. El te tenía afecto. Pero a la distancia me lo decía. Te debe estar mirando. Agradecido de todo lo que a través de él haces por la fe. Y la evangelización.. Dios te premie. Abrazo enorme

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  6. Gracias por este recuerdo Marcelo!
    Es una fecha muy fuerte para mi. Muchos hechos que se unen justo el día de mi cumpleaños 21 partió a la casa del Padre nuestro querido P.Carlos. Un maestro como pocos, un sabio de palabras poéticas y proféticas. Que María Santísima lo tenga a su lado y que juntos nos protejan hasta el encuentro en la casa del Padre. Abrazo grande! A tus órdenes!

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    1. Nada que agradecer Reynaldo, es deber de justicia. Esta es y seguira siendo su obra

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