¿Sorpresa?
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Muchos, a lo largo de estas largas semana se mostraron sorprendidos por el nombramiento del actual Arzobispo de La Plata como Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Hasta el mismo monseñor Fernández dijo estar “sorprendido”, en la carta que envió a su Arquidiócesis, permítanme que no le crea, lo esperaba, lo anhelaba. Los que venimos siguiendo la realidad eclesiástica argentina desde hace ya muchos años, no nos ha sorprendido temible nombramiento y no nos asombra porque lo veíamos venir desde hace tiempo, aunque teníamos la esperanza de que la cordura se apoderada del Romano Pontífice, lo que no ocurrió y ni ocurrirá. El Papa tiene un encantamiento personal con Fernández y este con el Papa, no hacemos, aclaramos, referencia a ninguna relación que pudiera resultar escandalosa, sino simplemente a una admiración mutua que no les permite ver los desvíos de cada uno. Por este encantamiento hay en Francisco o Bergoglio, como vosotros queráis, un capricho y una sed...